viernes, 8 de mayo de 2015

EL INDIO EN NYC

     "Todavía me acuerdo de mi madre: bajita, delgada, pelo marrón, nariz pequeñita, era seria y severa, pero también amable; mi padre en cambio era el más alto de nuestra tribu, era fuerte, valiente y alegre; siempre me ayudaba y enseñaba todo: me ayudó en mi primera captura, cuando aprendí a pescar,cuando hice la ceremonia y todavía más atrás cuando me dio la mano para que yo aprendiera a andar o... cuando me enseño las primeras palabras que salieron por mi boca, en fin él fue, es, y será mi gran héroe. Ahora me había mudado a la gran ciudad y estaba solo, no tenía esposa, ni hijos, ni sobrinos, sólo quedaban mis padres allá en las montañas."



     -Tengo que resolver este caso- digo enfadado conmigo mismo- no puedo permitirme otra derrota.
     
     -Tranquilízate- me dice mi gran amigo Marcus- vamos a ver todas las cosas otra vez.

     - Ya lo he repasado millones de veces y nada...

     - Vuelve a decírmelo igual en la siguiente conseguimos algo.

     - Bueno, el asesino volvió a aparecer después de estar tres años entre las sombras, cena en el "Big Ran" y allí detecta su próxima víctima; Catherine Solomon, una chica de veintitrés años, morena, pelo largo, trabajaba en el New technology of New York City como investigadora jefe en el departamento de noética; la siguió hasta su casa en Manhattan y entró. La amordazó y violó cruelmente. A las doce y cinco Chaterine yacía muerta en su cama con una enorme marca de sangre a su alrededor. Sabemos que es Dick porque tenía su extraña marca personal en la frente de la chica, según los forenses se la hizo antes de que muriese.

     - Vale, veamos... dices que es Clark. Repasemos todos los informes de antiguas investigaciones.

     - Hay quinientos sesenta y tres informes con dos mil hojas cada uno, tardaríamos siglos.

     - Veamos solo los primeros y los últimos, así solo tardamos uno.

     Tras horas de investigación y sacar ideas encontramos que el asesino va al Bed in Manhattan el noventa por ciento de las veces.

     -¡Vamos!

     -Cuando llegamos no está, pero nos dicen que acaba de salir en un ford azul.

     - Si va a ciento cinco kilómetros a la hora y tiene que ir hasta Toronto que esta a casi ochocientos kilómetros. Tardará un rato, lo pillaremos en la frontera.

     - Según tú tardara siete horas y pico. Sí, allí le pillaremos.


                                     


                                                                                               MIGUEL HERRERO LÓPEZ


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